La arquitectura carolingia nace en el valle del río Rin, al norte de Alemania. El estilo es desarrollado por Carlos I el Grande, conocido como Carlomagno, quien fundó el imperio Carolingio y nombró a esta ciudad como su capital.
La catedral de Aquisgrán era una capilla adjunta al palacio (capilla palatina), de Carlomagno. El encargó su construcción en estilo Bizantino, tipo de arquitectura difundida en Europa de esa época, como forma de recordar la
iglesia italiana de San Vital en Rávena. La iglesia de Carlomagno es la obra religiosa más antigua del norte de Europa, símbolo del poder político del imperio Carolingio. Su arquitecto principal fue el francés Eudes de Metz y la edificó entre los años 790 y 805.
Formada por una
sección interna de ocho lados (octogonal), circundada por un polígono de 16 lados (hexadecágono), los cuales forman un pasillo circular entre ambos. Su altura comprende dos plantas con una cúpula envolvente. Su interior alberga un trozo de la capa de San Martín.
Construcción de la Catedral
A lo largo de los años se han agregado numerosas construcciones en torno a la iglesia original. Varios estilos arquitectónicos se han incorporado a la constucción de
Aachen, la cual alberga la tumba de Carlomagno.
Aunque fue la construcción religiosa más alta del norte de Europa durante 2 siglos, ya no compite en envergadura con otras edificaciones. La catedral de Aquisgrán despierta un gran interés por ser evidencia histórica del Imperio Carolingio y por la belleza de su construcción, con columnas originales retiradas de iglesias antiguas de Italia, la decoración con mármol, bronce y mosaicos finos. La UNESCO le nombró patrimonio de la humanidad.