Durante los primeros dos siglos de nustra era nace la arquitectura clásica occidental. Las construcciones de los Etruscos, pueblo itálico anterior y contemporáneo a los romanos, dan identidad a los edificios del imperio que más adelante dominaría el mundo. En el año 200 anterior a Cristo, los griegos solicitan a los romanos una fuerza que los proteja de conquistadores Macedonios. Después de vencerlos, los itálicos declaran la independencia del pueblo griego, que sólo tres décadas más tarde conquistan, como parte de su camino para alcanzar el dominio de Asia menor.
A pesar de su nacionalismo, los romanos utilizan el poder y la fuerza para hacer suyo todo aquello que los buenos artistas extranjeros conciben. El arte refinado, de la construcción antigua de los griegos, es el que desean replicar y poco a poco se hace presente en su estilo grecorromano. El concreto es empleado para maximizar su desarrollo. Las obras son sólidas, funcionales y con estética equilibrada. Representan un aporte relevante a la historia del diseño occidental. Una muestra es el
Panteón de Agripa.